El 7 de diciembre de 1978 fue nombrado Obispo de Pinar del Río por Su Santidad el Papa San Juan Pablo II. Fue consagrado el 14 de enero de 1979, en la Catedral de Matanzas y el 21 de enero tomó posesión de la Diócesis.
Aquí encontró una diócesis de mucha religiosidad católica, con un laicado muy comprometido y participativo, al cual potenció. Asimismo promovió la fundación de comunidades religiosas y la realización de encuentros diocesanos de lo que hoy llamaríamos comisiones de pastoral. Por la escasez de sacerdotes, él mismo atendía parroquias y capillas en el campo.
En Pinar del Río trabajó tres años, los cuales influyeron significativamente en el alma del obispo. «Esta Diócesis es una reserva moral de la Nación» -diría años después el prelado.