Arquidiócesis de La Habana, Catedral, 19 de noviembre de 2019: Un recorrido musical por cinco siglos de arte en la ciudad capitalina fue la propuesta de la Gala cultural organizada por la Cátedra de Música Sacra del Instituto de Estudios Eclesiásticos Padre Félix Varela y presentada en la S.M.I. Catedral de La Habana en la noche del 17 de noviembre último.
A la invitación de la Iglesia para regalar una elevada propuesta musical a la villa habanera en su medio milenio, respondieron destacados artistas, entre ellos, José María Vitier, Ernán López-Nussa, la soprano Milagros de los Ángeles Castillo, los coros Schola Cantorum Coralina, Vocal Leo y Exaudi. A ellos se sumaron la Orquesta del Lyceum de La Habana, la Banda Nacional de Conciertos, los repentistas Yenisleydi González García y Luis Paz Esquivel, así como bailarines de la Compañía de Irene Rodríguez y de Danza Contemporánea de Cuba.
Con la interpretación del Himno de Bayamo y el compuesto a San Cristóbal, comenzó el paseo por lo mejor del arte habanero, con importantes paradas que incluyeron la interpretación, en calidad de estreno, de un Te Deum compuesto por Esteban Salas y transcrito siglos después por la musicóloga Miriam Escudero y la representación coreográfica del poema de Nicolás Guillén “Balada de los dos abuelos”, con coreografía de la maestra Irene Rodríguez.
El recorrido abarcó varios exponentes de la música como la habanera, la décima campesina y la zarzuela, en algunos casos acompañados por bailarines que encarnaron en escena la esencia de géneros como el zapateo y la poética atrapada en el “Adiós a Cuba”, de Ignacio Cervantes, con la interpretación al piano de Marcos Madrigal.
Al talento de los artistas invitados se sumó la frescura de las Escolanías de la Arquidiócesis de La Habana y de San Juan de Letrán, y la profesionalidad, ya antes exhibida, del coro intercomunitario de la diócesis, bajo la dirección de Ada Rabelo.
En sus palabras, el cardenal arzobispo Juan de la Caridad García convidaba a incorporar la música a la vida cotidiana, a fin de que se acaben la peleas, las angustias, y tanto la vida familiar como social resulten más armónicas, más confortables y disfrutables. Por los grandes regalos que La Habana ha entregado a sus habitantes en quinientos años de historia, pidió a todos responder como el salmista: “Demos Gracias al Señor porque Él es bueno”.
Fue una gala hermosa que cantó a la ciudad, a su Patrono y a la Virgen de la Caridad del Cobre, cuya imagen impuso su presencia acompañada por un gran coro de voces que la recibieron con la canción “Virgen Mambisa”.
La dirección general del espectáculo correspondió al presbítero Yosvany Carvajal Sureda, la producción y dirección musical estuvo a cargo del maestro organista Moisés Santiesteban, quien dirige además la Cátedra de Música Sacra del Centro Cultural Padre Félix Varela.
A la invitación de la Iglesia para regalar una elevada propuesta musical a la villa habanera en su medio milenio, respondieron destacados artistas, entre ellos, José María Vitier, Ernán López-Nussa, la soprano Milagros de los Ángeles Castillo, los coros Schola Cantorum Coralina, Vocal Leo y Exaudi. A ellos se sumaron la Orquesta del Lyceum de La Habana, la Banda Nacional de Conciertos, los repentistas Yenisleydi González García y Luis Paz Esquivel, así como bailarines de la Compañía de Irene Rodríguez y de Danza Contemporánea de Cuba.
Con la interpretación del Himno de Bayamo y el compuesto a San Cristóbal, comenzó el paseo por lo mejor del arte habanero, con importantes paradas que incluyeron la interpretación, en calidad de estreno, de un Te Deum compuesto por Esteban Salas y transcrito siglos después por la musicóloga Miriam Escudero y la representación coreográfica del poema de Nicolás Guillén “Balada de los dos abuelos”, con coreografía de la maestra Irene Rodríguez.
El recorrido abarcó varios exponentes de la música como la habanera, la décima campesina y la zarzuela, en algunos casos acompañados por bailarines que encarnaron en escena la esencia de géneros como el zapateo y la poética atrapada en el “Adiós a Cuba”, de Ignacio Cervantes, con la interpretación al piano de Marcos Madrigal.
Al talento de los artistas invitados se sumó la frescura de las Escolanías de la Arquidiócesis de La Habana y de San Juan de Letrán, y la profesionalidad, ya antes exhibida, del coro intercomunitario de la diócesis, bajo la dirección de Ada Rabelo.
En sus palabras, el cardenal arzobispo Juan de la Caridad García convidaba a incorporar la música a la vida cotidiana, a fin de que se acaben la peleas, las angustias, y tanto la vida familiar como social resulten más armónicas, más confortables y disfrutables. Por los grandes regalos que La Habana ha entregado a sus habitantes en quinientos años de historia, pidió a todos responder como el salmista: “Demos Gracias al Señor porque Él es bueno”.
Fue una gala hermosa que cantó a la ciudad, a su Patrono y a la Virgen de la Caridad del Cobre, cuya imagen impuso su presencia acompañada por un gran coro de voces que la recibieron con la canción “Virgen Mambisa”.
La dirección general del espectáculo correspondió al presbítero Yosvany Carvajal Sureda, la producción y dirección musical estuvo a cargo del maestro organista Moisés Santiesteban, quien dirige además la Cátedra de Música Sacra del Centro Cultural Padre Félix Varela.